La
misión es básicamente una herramienta estratégica, una disciplina intelectual
que define la razón comercial y el mercado-objetivo. Todo proyecto empresarial
debiera contener la identidad corporativa de una organización como síntesis de
su cultura y orientar sus objetivos estratégicos de acuerdo con unos principios
y a través de unos planes.
En este contexto, la misión aparece como el primer
paso a dar en la gestión estratégica y existe para responder a preguntas
fundamentales:
El
modo más efectivo para que todas las personas de la organización tengan la
oportunidad de empezar la tarea con un fin en mente, es definir la misión de la
misma.
El
enunciado de la misión se convierte en el marco de referencia para pensar y
dirigir la empresa.
Además,
si llegan situaciones de crisis, los problemas o las grandes decisiones, allí
está la misión que recuerda a los integrantes de la organización cuáles son las
cosas más importantes y fundamentales, orienta la búsqueda de soluciones a los
problemas planteados.
El hecho de tener una misión organizacional
establecida hace explícitos los puntos más importantes que la organización está
intentando alcanzar y permite asegurarse de que todos los miembros de la
organización trabajan juntos y concienciados para alcanzarlos.
La definición de misión es el
propósito estratégico de la empresa, identifica una posición de liderazgo y
establece los criterios que la organización va a utilizar para canalizar su
progreso. El concepto de propósito estratégico parte de una ambición, pero no
se limita a ella, sino que incluye un proceso activo de dirección que se centra
en:
Según
Gary Hamel y C.K. ParladHamel
Actualmente, se identifica el
concepto de misión como un concepto central de la teoría del liderazgo, por lo
tanto es lo primero que hay que hacer cuando se piensa en emprender un proyecto
empresarial o personal. Os animo a
pensarlo.